Acción

Jesús los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Mt 4, 21-22

Una vez tomada la decisión, ¡lánzate! No te dejes vencer por el miedo; lánzate sin miedo.

Pon todos los medios que estén a tu alcance para realizar lo que has decidido. No cedas a la tentación de diferir tu ingreso a una casa de formación: Te seguiré, Señor; pero déjame primero…. (Lc 9, 61). Con tu decisión has comprometido todos los momentos posteriores; en el futuro busca cómo ser fiel. La única manera de realizar el proyecto de Dios es la fidelidad de cada día. Vive todo momento en coherencia con lo que has decidido; dirige cada paso hacia la meta.

¿Y cuando venga la dificultad? ¡Perseverar! El camino que emprenderás es difícil; más de lo que ahora crees. Prepárate para la lucha; deberás enfrentar problemas y superar obstáculos. Jesús te dice: El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue cada día con su cruz y me siga (Lc 9, 23).

El sendero es arduo, pero María te acompaña y el Espíritu Santo te fortalece para que puedas recorrerlo. Además, no se trata de cargar hoy la cruz de toda la vida, sino sólo la de hoy; y así cada día. Al dar este paso podrás decir, como Pedro: Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido (Mc 10, 28).

Ponte en contacto con el Centro Vocacional, con la casa de formación o aquella instancia a donde te sientes llamado.

Recuerda que por medio del Centro Vocacional se te puede orientar y poner en contacto con quien tengas inquietud.

No esperes más.