Percepción
Había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos y aunque yo hacía esfuerzos por ahogarlo, no podía. (Jr 20, 9).
Para descubrir lo que Dios quiere de ti tienes que escuchar, mirar y experimentar. Para esto necesitas hacer silencio interior y exterior; el ruido te impide percibir.
Está atento a lo que se mueve en tu interior: tus deseos, tus miedos, tus pensamientos, tus fantasías, tus inquietudes, tus proyectos. Escucha tanto a los que aprueban tu inquietud como a los que la critican. Escucha tu corazón. Aprende a mirar a los hombres que te rodean.
Ve tu historia, tu pasado, tu presente. Contempla el futuro:
Ten cuidado en discernir si tu inquietud y la atracción que sientes son signos de una verdadera vocación consagrada o son manifestaciones de que Dios quiere que intensifiques tu vida cristiana como laico.
Al dar este paso podrás decir: Tal vez Dios me esté llamando… Siento la inquietud de consagrar mi vida a Dios.
El siguiente documento, te hace preguntas para orientar tu conocimiento personal. Respóndelo en silencio y con sinceridad, y si ya tienes un director espiritual, compártelo. El segundo documento te iluminará algunas cuestiones de la vocación.